Este verano me ha dado duro lo de ser madre ¡Ufff! El tirijala de disciplinar, guiar y regañar combinado con el "darle hilo" de libertad para que vuelen al aire como chiringas. Es igualito a cuando volamos una chiringa: la subimos poco a poco, corregimos su curso y soltamos hilo cuando vemos que se está moviendo con control y sabe deslizarse en el aire frente a los cambios del viento.
¡Wow! Soy madre hace casi 11 años. Mirando atrás veo que han sido días de sentimientos encontrados: mucha felicidad y preocupación a la vez; días suaves y días super ocupados; momentos de mucha risa y otros empañados en regaños; días de pura obediencia y días retantes de desobediencia...Cada día trae su afán, como dice la Biblia, y cada instante nos trae el reto de tomar decisiones responsables por el bien y la disciplina de ellos. Una vez la llegada de tus hijos te viste de madre, nunca más te quitas esa vestimenta. Ese rol no descansa. Está "on call" 24/7, día, noches y fines de semana...ilimitado como los planes de los celulares. Y aún se activa en nuestros sueños.
A cada rato disfruto de ver las fotos y videos de los nenes cuando chiquitos. Recuerdo qué estábamos haciendo en ese instante y hasta cómo me sentía exactamente. A veces estábamos disfrutando de lo lindo, pero a veces acababa de regañarlos. ¡Ja, ja! Me los disfruté a plenitud, pero a veces me entra el remordimiento de que quizás no los disfruté al 100% como debía por estar pendiente a cosas secundarias como la limpieza, la super organización, las diligencias o por 'mis cosas, 'mi tiempo'. Y entiendo que estas cosas son importantes también para ellos y para mí...y ahí es que entramos en la encrucijada. Nos enfrentamos al revolú mental cuando lo secundario se convierte en lo importante y nos roba la concentración de estar presente mentalmente y disfrutar a plenitud de nuestros hijos. Porque puedo estar ahí y no estarlo al mismo tiempo.
He resuelto que los 10-15 años que le quedan a mis hijos en mi casa, los voy a disfrutar a plenitud. Me voy sacar una nube de egoísmo y desconcentración que me rodea la cabeza. La balanza de la prioridad debe estar más de su lado que del mio. Es su tiempo y es mi tiempo de darle lo mejor de mí para que tengan las herramientas necesarias para que salgan adelante, conozcan a Dios y que sean hombres bien encaminados. Más tarde tendré tiempo de sobra para disfrutar de mi nido que estará abierto esperando que mis pajaritos adultos visiten y lo llenen de amor con su presencia, nuevas vivencias y hasta con sus familias.
¿Por qué aferrarme al YO, YO y YO ahora? Dios me los regaló cruditos como los pajaritos que necesitan el cuidado, protección, alimentación para luego darle alas y volar. Ese es mi ahora, mi realidad suprema y sentido de vida. Mi verdadero éxito como mujer es ser una madre concentrada en las necesidades de ellos, involucrada y presente en sus vidas. Si tuviera que ponerlo en fórmula sería 75% ellos ; 25 % yo. Ese porcentaje es suficiente para dedicarme tiempo, para desarrollarme, cuidar mi vida espiritual, recargarme, compartir y estar lista para darle mi 100%.
Estas matemáticas de ser madre parecieran no hacer sentido, pero es que ellas no contabilizan el aspecto emocional: los abracitos en la mañana, el olorcito en el cuellito, el arroparnos los cuatro en mi cama, el constante "te quiero" de Lucas, el "eres la mejor que cocina" de Pablo y el disfrutar con tan sólo mirarlos.
25% para leer, estudiar, escribir, trabajar, salir, socializar, ver Rehab Addict los jueves, compartir, estar solita aunque sea 1/2 hora y cuidarme son suficientes para recargarme y estar lista para darles el restante 75% a mis hijos que a cambio me devuelven 100% de satisfacción física, mental y emocional. Me llenan de orgullo, de alegría, me hacen ser más madura, profesional y dedicada que todo lo demás que hago.
¿Se fijan? Esto es una encrucijada de emociones que al fin y al cabo nos dirigen al camino correcto de darle prioridad a nuestros hijos y familia. Esto erradica toda lucha mental de poder, vanagloria y vanidades. Nuestros hijos nos hacen mantener los pies en la tierra para que cultivemos sus corazoncitos y vida.
¿Te pasa esto de vez en cuando?
¡No quiero parecer la única loquita!
¿Qué haces para ajustar tus prioridades?
Cuéntanos y compartamos ideas.
ResponderEliminarMayra,que lindo!!, en muchos momentos en mi vida yo también he pensado en realidad hice bien el trabajo con mis hijos? es una pregunta que nos hacemos todo el tiempo, ya ves ya son adultos y siempre vuelve de nuevo......
Que lindas las fotos de los nenes y me emocione verlos, y aquí llorando un poco,jeje porque son épocas tan lindas y tan importantes para todos.
Yo también lagrimié cuando veía las fotos porque son momentos lindos y así tengo que pensar: que los de hoy son lindos y valen aunque a veces sean difíciles.
EliminarMami hiciste muy buen trabajo. Salí medio loquita, pero por lo demás excelente.
Fue por herencia,jejejejejjeje, ay Mayra a veces hay que tener un sentido diferente de ver las cosas y disfrutarselas al máximo.
ResponderEliminarTienes toda la razón. La vida es tan corta que se te va en un abrir y cerrar de ojos. y los hijos tarde que temprano se irán y aunque matemáticamente tus cuentas son muy buenas, no siempre son exactas. Que bonitos recuerdos conservas. Y pues la vida es una encrucijada que cada paso que damos, tenemos que elegir si damos el primer paso con el pie izquierdo o el derecho, o si regresamos o avanzamos. Mi vida en conclusion tmb es UNA TREMENDA ENCRUCIJADA! :)
ResponderEliminarEs muy cierto lo que planteas. Eso de estar ahí pero no estar al mismo tiempo a veces me pasa. Debemos recordar que ser madres es un honor y debemos apreciarlo como tal.
ResponderEliminarGracias Gilda por tu comentario. Me encanta saber que no estoy sola en esta encrucijada mental que a veces pasamos. Pero sí entiendo que hay que para, enfocarnos y seguir con las metas de lo que queremos hacer con nuestros hijos y no solo pensar que van a estar ahi al lado y darles lo que sobre de nosotros.Ellos aprenden mucho y les encanta nuestra compañía. Claro, y cada situación es diferente en cada familia.
ResponderEliminarMe encanta tu artículo! Me identifico contigo Mayra porque, al igual que tú, tengo dos varones y tengo la preocupación y el anhelo de que sean hombres de verdad, de bien, que amen a Dios y que tengan valores y principios morales sólidos. Que sepan ser responsables y a la vez felices.
ResponderEliminarPor todo esto, me decidí por el homeschool y tengo un trabajo de tiempo parcial, que no demanda demasiado tiempo, pero me hace bien trabajar de vez en cuando. Me gusta mucho lo de tu fórmula 75-25, porque creo que dejando el egoísmo y organizándonos bien creo que podemos lograrlo y todos estar bien.
Sin embargo, no es tarea fácil, primero porque hay mucha presión externa, porque vivimos en un mundo totalmente material y codicioso, lleno de vanidades y con prioridades cambiadas. Y por otro lado, ha sido una lucha contra mí misma. No se si te pasa, pero los hijos sacan lo mejor de uno pero también lo peor!... A veces siento que les estoy haciendo un bien y a veces pienso que los estoy arruinando, porque soy una persona llena de defectos y dificultades...( y también algunas virtudes claro) .. Y estoy trabajando en eso, en ser cada día mejor madre para ellos, pero es una lucha constante!
Ante todo, sé que no estamos solas. Tenemos a Dios de nuestro lado y sé que el resultado va ser mucho más satisfactorio.
Gracias por compartir tus experiencias que nos ayudan mucho.
estas en lo cierto Mayra, yo me siento asi, pero tu misma pones en tu relato la respuesta a todo este va y ven, se trata de que madres como nosotras tomamos una decision, la de estar con nuestros hijos, y en la realizacion de esa decision esta nuestro exito, yo le digo a mi esposo que ahi esta mi doctorado, en todo lo que hago para mi hija, por mi hija y con mi hija y en todos los aprendizajes que desarrollamos en familia a traves de esta experiencia. Yo me siento realizada como mujer y profesional, poniendo todo lo que soy y lo que se en pro del sano desarrollo de mi familia.
ResponderEliminar